Reyes Magos conscientes
La Navidad ha evolucionado sustancialmente durante las últimas décadas, pasando de ser una celebración familiar y, en muchos casos, espiritual a un evento más consumista y comercial. La explicación de esta transformación puede deberse principalmente a factores socioeconómicos, que algunos expertos atribuyen a una corriente social y cultural que ha insistido en conectar la felicidad y el éxito con la posesión de bienes materiales.
Las campañas publicitarias, acompañadas de un violento marketing, son cómplices de esta evolución; ya que los niños son especialmente vulnerables a los múltiples mensajes que reciben por televisión y otros medios audiovisuales, atraídos por su deseo de posesión. Y esta tendencia ha llevado a los más pequeños a valorar poco el producto que reciben e incluso a olvidarse de él antes de lo imaginado.
Ante esta situación, que queda a la vista de todos los padres, Imma Marín, pedagoga y presidenta de Marinva, una consultora especializada en educación y comunicación a través del juego, nos acerca cinco claves para hacer de los regalos de Reyes una experiencia más provechosa en términos de valores.
Marín, al ser preguntada por los requisitos que deben cumplir los regalos de esta campaña de Reyes, asegura que se basan en cinco claves poco o nada materialistas.
1. Amor
Imma Marín cree que la ilusión con la que se compra un regalo es muy importante y tiene que prevalecer sobre la idea de comprar por comprar. “Debemos pensar en el niño o niña, cómo es, qué edad tiene, qué le gusta, con qué disfruta y con quién va a jugar”, argumenta la pedagoga.
2. Creatividad
Para la experta, es muy interesante que los juguetes aporten dosis de creatividad y contribuyan “a abrazar, mirar, reír, cantar, bailar, saltar, lo que sea que ayude a poner en movimiento” y a desarrollar la capacidad creativa del pequeño.
3. Salud
La creatividad a la que se refería anteriormente la responsable de Marinva ha de ir muy unida al siguiente valor, la salud. “Hay que sacarlos del sofá, que nos saquen a todos de estar sentados, que pongan los niños en movimiento”, en alusión a uno de los factores que contribuyen a una vida saludable, junto a la alimentación.
4. Sostenibilidad
En estos tiempos de abundancia material y problemas medioambientales, la sostenibilidad también tiene que ser un ítem a tener en cuenta a la hora de regalar. “hay que pensar en juguetes que tengan en cuenta el planeta, quién los ha hecho, cómo se han hecho, de dónde vienen y con qué materiales se han fabricado”, indica Marín.
5. Sentido común
Es importante saber transmitir la realidad, contextualizar el coste de las cosas sin desvelar la magia de la Navidad y de estos días, claro está. Qué significa tener un juguete y qué privilegiados nos podemos sentir por ello. Para este punto, Marín invoca a la responsabilidad en cuanto al número y la variedad de juegos, para no caer en aquello de que “un niño con un exceso de juguetes deja de jugar porque el exceso de juguetes es inversamente proporcional a las ganas de jugar”.